Castillo de Peracense (Teruel)
20 Ene 2019
El castillo de Peracense es uno de los más bellos y desconocidos castillos aragoneses. Rodeado de un entorno natural único, sus constructores aprovecharon la topografía original del terreno para construir un enclave defensivo de primer orden. Se asienta sobre una prolongación rocosa de rodeno fuertemente escarpada, que pertenece a la terminacion sur de Sierra Menera, junto al cerro de San Ginés.
El emplazamiento del castillo estuvo ocupado a finales de la Edad de Bronce, como lo atestiguan las cerámicas bruñidas a mano recuperadas arqueológicamente. Posteriormente, bajo época de dominación musulmana, durante el siglo X y el siglo XI el lugar volvió a estar habitado, según indican las cerámicas localizadas.
Con la expansión del Reino de Aragón al sur del Ebro hacia el Mediterráneo, el territorio de Peracense fue conquistado hacia 1150. Pero es en la Baja Edad Media cuando su importancia estratégica se acrecienta por su posición limítrofe entre los reinos de Castilla y Aragón y de los señoríos de Albarracín, Molina de Aragón y Comunidad de Daroca. El castillo se amplió y reformó a lo largo del siglo XIV, una vez que pasa a ser propiedad de la Comunidad de Aldeas de Daroca, convirtiéndose en uno de los puntos fuertes de la frontera con el Reino de Castilla.
En el siglo XIX la fortaleza, convertida en cárcel de la Comunidad de aldeas de Daroca, fue reocupada en 1830-1833 durante la Primera Guerra Carlista por un destacamento militar liberal. Las excavaciones arqueológicas han hallado abundante cantidad de objetos de este período.
Al margen de su historia, tanto el castillo como el paraje que lo rodea, son insospechadamente bonitos y digno de visitar. Las las vistas panorámicas desde lo alto de su torre inexpugnable te transportan a un ligar de ensueño inimaginable.

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